Hace
algunos años era impensable que los dibujos originales de una historieta
pudieran ser objeto de una exposición. Hoy el panorama ha cambiado. Para todos.
Los dibujantes están comprendiendo que sus obras tienen cualidades artísticas
propias y que no solo viven en las páginas de una publicación. Los encargados
de espacios han visto que el comic chileno, su historia y presente, están
llenos de temas y autores atractivos para un público amplio, muchas veces
esquivo a las muestras de arte convencional. A esto se agrega la emergencia de
un grupo de coleccionistas que descubrieron en los originales piezas únicas,
donde se condensa la gestualidad de su autor, y la vitalidad de una escena en
pleno ascenso.
Exponer
historieta dejó de ser un juego de y para niños. Desde la muestra precursora realizada por el
Museo de Bellas Artes en 2008, las viñetas han logrado abrirse un espacio en
las salas de exhibición y ser consideradas, finalmente, una expresión artística
tan valiosa como cualquier otra.
Es un
momento crucial. Nunca antes hubo tantas exposiciones de historieta en Chile. El
gran dibujante Martín Cáceres acaba de abrir una muestra en el flamante espacio de
Editorial Amapola y esta semana Gabriel Rodríguez hará lo propio en el Centro
Cultural de Recoleta, mientras Alén Lauzán, Christiano y Marcelo Escobar
muestran sus trabajos en la Biblioteca Viva del mall Plaza Vespucio, en el Instituto Arcos se
reúnen los artistas del colectivo de humor gráfico La Momia Roja y en la
Biblioteca de Santiago se celebra el mes de la ilustración. Por su parte, el
Museo de la historieta sigue rescatando el patrimonio grafico chileno y exhibe
obras de los grandes maestros nacionales.
Llegar
acá no ha sido fácil. Hace dos años, cuando PLOP! Galería hizo de la historieta
un eje central de su propuesta, a muchos les pareció una locura y a varios un
capricho pasajero. Por suerte algunos creyeron, lo que nos ha permitido seguir
manteniendo nuestra apuesta por el comic chileno de forma independiente y autogestionada.
Abrimos
nuestras puertas con una exposición de Hervi, luego recibimos a Rodrigo
Salinas, a Maliki, Jorge Quien y actualmente Italo Ahumada, Demetrio Babul,
Nicolás Pérez de Arce y Vicho Plaza han inaugurado Calamares en su tinta, una
colectiva que pone en evidencia la diversidad y fuerza expresiva de las
viñetas. En el intertanto, estuvimos en
CHACO, la principal feria de arte chileno, y promovimos una serie de
actividades y publicaciones para celebrar el centenario de Pepo, la que
finalizó con una inédita muestra de originales del padre de Condorito, que
permitió dimensionar en propiedad la riqueza y talento de un artista sin igual.
Para
consolidar el lugar que se ha ganado, es importante seguir avanzando. Debemos desarrollar
esquemas curatoriales adecuados a la singularidad de las obras que exponemos,
realizar montajes con estándares museográficos mínimos, crear textos de
reflexión que permitan contextualizar y valorizar las obras expuestas, dejar registro a través de catálogos y
mantener un diálogo abierto con el público, afín de entregar herramientas para
la apreciación de las obras expuestas. También necesitamos que surja una crítica
especializada que, frente al nulo interés de los escasos críticos oficiales, acompañe en la profesionalización del
ejercicio.
En
medio de esta explosión de exposiciones, nos sentimos orgullosos de haber
ayudado a encender la mecha. Ahora, a seguir preparando nuestra próxima
exhibición. Porque esto recién comienza.
Claudio
Aguilera
Socio
Fundador PLOP! Galería
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